10 Jul
10Jul

El fósforo (P) es un macronutriente esencial para el crecimiento y desarrollo de las plantas, al formar parte de la composición de las moléculas orgánicas esenciales para la vida. Los suelos agrícolas contienen grandes cantidades de P, pero en formas no asimilables por las plantas. Se calcula que el 70 % del Pi proveniente de la aplicación de productos agroquímicos se convierte rápidamente en complejos insolubles, tales como fosfato de calcio, de aluminio e ión fosfato. Estos fosfatos insolubles solo pueden ser llevados a formas solubles por la acción microbiana. Se han señalado incrementos en la biodisponibilidad de P en el suelo cuando existen aumentos paralelos en la actividad microbiana. Muchos microorganismos del suelo tienen la capacidad de transformar el P insoluble en formas asimilables para las plantas, con lo que contribuye a su disponibilidad en el suelo, entre ellos se destacan las bacterias solubilizadoras de fosfatos (BSF) que constituyen una excelente alternativa para reducir la cantidad de fertilizantes aplicados a diferentes cultivos. Estas bacterias solubilizan tanto el P orgánico (Po), como el P inorgánico (Pi)  e incluyen una amplia cantidad y diversidad de géneros.  

Bacterias solubilizadoras de fósforo: bases para su selección

Diferentes autores demostraron que los géneros Pseudomonas, Bacillus, Rhizobium, Burkholderia, Achromobacter, Agrobacterium, Micrococcus, Aerobacter, Flavobacterium, Mesorhizobium, Azotobacter, Azospirillum, Pantoea y Erwinia tienen la capacidad de solubilizar fosfato. La efectividad de las bacterias solubilizadoras de fósforo depende de la capacidad de los aislados para colonizar la rizosfera y mantener su actividad biológica. El adecuado desempeño de las bacterias solubilizadoras de fosfato, está influenciado por factores tales como el pH, la salinidad y la temperatura. Por ello, es muy importante realizar una adecuada selección de las cepas de BSF para lograr productos eficientes cuando sean aplicados en campo.

Principales mecanismos bacterianos de solubilización:

Las bacterias transforman los fosfatos insolubles a formas solubles por la acción de diferentes mecanismos directos o indirectos. Entre ellos se destacan: i) la acción de ácidos orgánicos producidos por microorganismos, ii) quelación de los elementos responsables de la insolubilidad de los fosfatos presentes y iii) asimilación directa de fosfatos insolubles por microorganismos que lo acumulan en sus células y los liberan posteriormente.

Beneficios de la aplicación de las BSF en cultivos de importancia económica:

El potencial de empleo de las BSF como alternativa a la fertilización tradicional, ha sido demostrada por varios autores (1). Su aplicación como inoculantes a las semillas o al suelo, puede tener un efecto positivo sobre la disponibilidad de P para los cultivos, siempre que en el suelo existan fuentes disponibles de Pi y Po, a partir de las cuales ocurra la liberación de este nutriente. Múltiples ejemplos demuestran los beneficios de la aplicación de las BSF en cultivos de importancia económica. Investigaciones desarrolladas por otros autores, demuestran que los géneros microbianos que intervienen con mayor frecuencia en el proceso de solubilización de fosfato son: Pseudomonas, Bacillus, Rhizobium, Enterobacter y Azospirillum. La bacteria más empleada comercialmente es Pseudomonas, que se destaca por presentar amplia versatilidad genética y por utilizar varios mecanismos de solubilización, entre ellos, la producción de ácidos orgánicos y elevados niveles de enzimas fosfatasas.

Productos que se ofrecen en el mercado: En la actualidad los productos que se ofrecen en el mercado abarcan RIZOFOS (de Rizobacter) que es un fertilizante biológico líquido aplicado a semilla de diferentes cultivos, que contiene una alta concentración de Pseudomonas fluorescens. De acuerdo a los estudios presentados por Rizobacter, incrementa la disponibilidad del Fósforo del suelo, mineralizando la fracción orgánica y solubilizando la fracción inorgánica. Produce fitohormonas (auxinas, giberelinas, citoquininas) que actúan como factores de crecimiento potenciando el desarrollo radical del cultivo. Produce antibióticos y sideóforos, que protegen a las plantas de patógenos fúngicos y mejoran el estado sanitario. La aplicación causó un incremento promedio de Rendimiento en todo el país (Red de Ensayos RIZOBACTER ARGENTINA S.A.): 835 kg/ha (para maíz). Otra empresa que ofrece consorcios microbianos para uso en semillas y raíces es Summabio. Es un Bioestimulante de crecimiento vegetal a base de Pseudomonas fluorescens, que actúa en la solubilización de fósforo, estimula la germinación de las semillas, e inicia y acelera el enraizamiento de las plantas en su primer estadio. Por otra parte, la empresa MYCSA AG, ofrece un producto NO BIOLÓGICO, que se denomina ROCA FOSFÓRICA. Esta fue aprobada orgánicamente y con un análisis garantizado por la empresa de 14% de Fosfato (P2O5). Contiene un 28% de P2O5 total, un 30% de calcio y una gama completa de otros minerales (S, Fe, Mg, K, Si, Zn, etc.). Según la empresa uno de los beneficios de la Roca Fosfórica es que no solo proporciona fósforo a corto plazo, sino que también ayuda a mantener la salud del suelo y el crecimiento de los cultivos a largo plazo, con un manejo más fácil, menores tasas de aplicación y costos más bajos. 

Es posible aplicar productos orgánicos o biológicos, sin embargo hay numerosos factores que influyen para que puedan funcionar. El clima, el tipo de suelo y el manejo del cultivo tienen gran influencia en la cantidad de bacterias con capacidad solubilizadora de fosfato y en sus potenciales de uso. Esto refuerza la necesidad de trabajar con cepas autóctonas procedentes de los ecosistemas en estudio, de forma tal que se obtengan resultados consistentes cuando son aplicadas en condiciones de campo.

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